lunes, 27 de mayo de 2013

El Dogo Aleman




Origen: Alemania.
Fecha de publicación del Estándar original válido: 13.03.2001

Utilización: Perro de guardia y protección, perro de compañía.

Clasificación FCI: Grupo 2. Perros tipo Pinscher Schnauzer – Molosoides – Perros tipo montaña y Boyeros suizos y otras razas. Sección 2.1 Molosoides de tipo Dogo. Sin prueba de trabajo.

Breve resumen histórico

Se consideran como antepasados del actual Dogo alemán al antiguo "Bullenbeisser" así como a los "Hatz und Saurüden" (perros de cacería de jabalí) que se situaban entre los poderosos mastines ingleses y un lebrel ágil y rápido. El término "Dogge" fue aplicado en ese entonces a los perros grandes y fuertes que no pertenecían necesariamente a una raza en particular. Más tarde, fueron utilizados nombres especiales tales como "Ulmer Dogge", "Dogo inglés", "Dogo danés", "Hatzrüde", "Saupacker" y "Gran Dogo" definiendo diferentes tipos de perros de acuerdo al color y tamaño. En el año de 1878 fue integrada en Berlín una comisión compuesta por siete miembros, que eran criadores activos y jueces, bajo la presidencia del Dr. Bodinus, quien tomó la decisión de reunir todas las variedades mencionadas arriba dentro del concepto de "Deutsche Doggen" (dogos alemanes).

De esta manera se comenzó con la base para criar una raza alemana independiente. En el año 1880, durante una exposición llevada a cabo en Berlín, fue establecido el primer estándar para el Dogo Alemán. Este ha sido controlado por el "Deutscher Doggen-Club 1888 e. V." y alterado en algunas ocasiones a través de los años. La versión actual se conforma al modelo de la F.C.I.

Apariencia general

El Dogo Alemán reúne en su aristocrática apariencia general, en una estructura grande y bien dotada, orgullo, fuerza y elegancia. Por su sustancia al igual que si distinción, la armonía de su apariencia, sus líneas bien proporcionadas como así también su cabeza notablemente expresiva impresiona al observador como una noble estatua. Es el Apolo dentro de las razas caninas.

Proporciones importantes

Su estructura es casi cuadrada, particularmente en los machos. El largo del cuerpo (desde la punta del esternón hasta la punta del isquion) debe ser igual a la altura a la cruz; no más de un 5% en los machos y no más de un 10% en las hembras.

Temperamento/Comportamiento

Es amable, cariñoso y devoto con sus dueños, especialmente con los niños. Es reservado con los extraños. Se requiere que sea un perro seguro de sí mismo, no temeroso, fácil de guiar, un compañero dócil y de familia. Debe poseer una gran resistencia a cualquier provocación y no debe ser agresivo.

Cabeza

Región craneal:

Cráneo: En perfecta armonía con su apariencia general. Es largo, estrecho, bien marcado, muy expresivo y finamente cincelado (especialmente la zona por debajo de los ojos). Los arcos superciliares bien desarrollados pero sin que éstos sobresalgan. La distancia desde la punta de la nariz al stop y desde el stop hasta la protuberancia occipital levemente definida deberá ser la misma en la medida de lo posible. La línea superior de la caña nasal y la del cráneo deben correr en forma paralela. Vista desde adelante la cabeza debe parecer angosta y la caña nasal debe ser en lo posible ancha mientras que los músculos de las mejillas sólo deben estar levemente definidos, nunca deben sobresalir marcadamente.

Depresión naso – frontal (Stop): Bien definida.

Región facial:

Trufa: Bien desarrollada, más ancha que redonda con ventanas nasales bien abiertas. Debe ser de color negro, con la excepción del Dogo alemán arlequín (manchas negras y blancas). En estos últimos es deseable una nariz negra, pero se tolera también una pigmentación en mariposa (parcialmente pigmentada) o de color carne. En los perros azules, la trufa es de color antracita (negro diluido).

Hocico: Profundo y en lo posible rectangular. Bordes de los labios bien definidos. Labios con pigmentación oscura. En los perros de tipo arlequín son tolerados los labios con pigmentación parcial o de color carne.

Mandíbula/Dientes: Maxilares anchos y bien desarrollados. Mordida en tijera fuerte, sana y completa (42 dientes de acuerdo a la formación dental habitual).

Ojos: Medianamente grandes, con una expresión viva amable e inteligente, preferentemente oscuros, forma almendrada, con párpados bien adherentes. En el Dogo alemán azul se permite una coloración ligeramente más clara de los ojos. En los arlequines se toleran ojos claros o bien que ambos sean de distinto color (anisocromía).  
Orejas: De inserción alta, caídas por naturaleza, de tamaño mediano. Los bordes frontales cuelgan junto a las mejillas.
Cuello: Largo, seco, musculoso. Inserción bien formada afinándose levemente hacia la cabeza con una línea arqueada y porte erguido con una leve inclinación hacia adelante.

Cuerpo

Cruz: Es el punto más alto del robusto cuerpo. Está formada por el punto más alto de las escápulas y se extiende más allá de las protuberancias vertebrales.

Espalda: Corta y firme en una línea casi recta con una imperceptible caída hacia atrás.

Lomo: Ligeramente arqueado, ancho, con buena musculatura.

Grupa: Ancha, con fuerte musculatura, ligeramente caída desde el sacro hasta la inserción de la cola con la cual se fusiona imperceptiblemente.

Pecho: Alcanza hasta la articulación de los codos. Las costillas bien arqueadas se extienden bien hacia atrás. El tórax es de buena amplitud con antepecho bien definido.

Línea inferior: Vientre retraído hacia la parte posterior, formando una línea curva moderada con la porción inferior del tórax.

Cola

Alcanza hasta la articulación tibio-tarsiana. Inserción alta y ancha, adelgazándose uniformemente hasta la punta. En reposo cuelga hacia abajo formando una curva natural. Cuando el perro está excitado o en movimiento la lleva ligeramente en forma de sable, pero sin sobrepasar mucho la línea dorsal. No es deseable la presencia de pelo grueso por debajo de la cola.

Extremidades

Miembros anteriores:

Hombros: Poseen una fuerte musculatura. La escápula larga e inclinada forma un ángulo de aproximadamente 100º a 110º  con el brazo.

Brazo: Fuerte y musculoso, pegado al cuerpo; debería ser un poco más largo que la escápula.

Codos: Sin desviaciones, ni hacia adentro ni hacia afuera.

Antebrazo: Fuerte, musculoso. Visto de frente o de costado totalmente recto.

Articulación de radiocarpiano: Fuerte, estable, se distingue muy poco de la estructura del antebrazo.

Metacarpo: Visto de frente, fuerte y recto. De perfil, muestra una inclinación muy leve hacia adelante.

Pies anteriores: Redondos, bien arqueados con dedos bien juntos (pie de gato). Uñas cortas, fuertes, lo más oscuras posible.

Miembros posteriores: El esqueleto completo está cubierto por músculos fuertes que hacen que la grupa, caderas y muslos tengan una apariencia ancha y redonda. Las extremidades posteriores están bien anguladas y fuertes, vistas desde atrás son paralelas a las extremidades anteriores.

Muslos: Largos, anchos y muy musculosos.

Rodillas: Fuertes, colocadas en forma casi vertical por debajo de la articulación de la cadera.

Piernas: Largas, aproximadamente de la misma longitud que los muslos. Con musculatura desarrollada.

Articulación tibio-tarsiana (Corvejón): Fuerte, estable, sin desviaciones, ni hacia afuera ni hacia adentro.

Metatarso: Corto, fuerte, casi perpendicular al piso.

Pies posteriores: Redondos, bien arqueados con dedos bien juntos (pie de gato). Uñas cortas, fuertes, lo más oscuras  posible.

Movimiento

Armonioso, ágil, cubriendo mucho terreno, levemente elástico. Las extremidades observadas tanto de frente como por detrás deben moverse en forma paralela.

Piel

Pegada, bien pigmentada en los perros con colores sólidos. En los perros de tipo arlequín la distribución del pigmento generalmente corresponde con las manchas.

Pelaje

Pelo: Muy corto, tupido, liso, aplanado y de apariencia brillante.

Color: El Dogo Alemán se cría en  tres variedades independientes: leonado y atigrado, arlequín y negro, azul.

Leonado: Leonado dorado pálido hasta leonado dorado intenso. Es deseable una máscara negra. No son deseables pequeñas manchas blancas en el pecho o en los dedos.

Atigrado: Color básico leonado dorado pálido hasta leonado dorado intenso con rayas negras regulares y claramente dibujadas que corren en dirección de las costillas. Es deseable una máscara negra. No son deseables pequeñas marcas blancas en el pecho y en los dedos.

Arlequines (parches blancos y negros, los así llamados "Tigerdoggen"): Color básico blanco puro, en lo posible sin ningún moteado. Parches color negro azabache, irregulares, rotos, bien distribuidos en todo el cuerpo. No son deseables los parches grises o parduzcos.

Negro: Azabache, se permiten marcas blancas. Se incluye aquí también el "Manteltiger" en el que el color negro cubre el cuerpo como un manto, pero el hocico, el cuello, el pecho, el vientre, las piernas y la punta de la cola pueden ser blancos, como así también los ejemplares con un color de base blanco y manchas grandes negras.

Azul: Color azul acero oscuro, permitiéndose marcas blancas en el pecho y los pies.

Tamaño

Altura a la Cruz:

Machos: por lo menos 80 cm.

Hembras: por lo menos 72 cm.

Faltas

Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera una falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación del estándar.

Apariencia general: Características sexuales no definidas, falta de armonía. Demasiado liviano o demasiado tosco.

Carácter: Falta de seguridad en sí mismo, nervioso, fácilmente provocable.

Cabeza: Falta de paralelismo entre las líneas superiores de la caña nasal y del cráneo; cabeza de manzana o cabeza en forma de cuña.

Stop: Poco desarrollado; músculos de las mejillas fuertemente desarrollados.

Hocico: Puntiagudo, falta de belfos o belfos que cuelgan demasiado.

Caña nasal: Cóncava, convexa (romana, caída) o aquilina.

Mandíbulas/Dientes: Cualquier desviación de una serie dental completa (sólo la ausencia de los PM1 en el maxilar inferior puede ser tolerada); la posición irregular de incisivos individuales mientras la mordida permanece bien cerrada.

Dientes: Demasiado pequeños.

Ojos: Párpados caídos, conjuntivas muy rojas. Ojos claros, penetrantes o de color ámbar. Ojos de color azul agua o dos ojos de diferente color (anisocromía) en todos los colores sólidos. Ojos demasiado separados o rasgados, protuberantes o hundidos.

Orejas: Con inserción muy alta o muy baja. Separadas en forma oblicua o descansando aplanadas sobre las mejillas.

Cuello: Corto, grueso, cuello de ciervo, piel demasiado suelta o papada.

Espalda: Espalda hundida, arqueada o demasiado larga. Línea dorsal ascendente hacia atrás.

Grupa: Fuertemente caída o completamente horizontal.

Cola: Demasiado gruesa, demasiado corta o demasiado larga. Inserción muy baja o muy alta sobre la línea dorsal. Forma de gancho o cola enroscada, así como cola desviada hacia los lados. Cola dañada, engrosada en la punta o que ha sido cortada.

Pecho: Costillas planas o en forma de barril. Falta de ancho o profundidad de pecho. Esternón demasiado pronunciado.

Línea inferior: Línea de vientre no suficientemente elevada. Mamas que no se han retraído lo suficiente.

Miembros anteriores: Angulación insuficiente. Huesos livianos, músculos débiles. Postura no vertical.

Hombros: Sueltos, sobrecargados. Colocación demasiado vertical de las escápulas.

Codos: Sueltos, desviados hacia afuera o hacia adentro.

Antebrazo: Torcido, ensanchando por arriba del carpo.

Articulación radio - carpiana: Engrosada, demasiado flexible, nudosa.

Metacarpo: En posición muy inclinada o muy vertical.

Miembros posteriores: Angulaciones muy abiertas o muy cerradas. Articulaciones tibio - tarsianas de vaca. Postura demasiado estrecha o extremidades arqueadas.

Corvejón: Ensanchado, inestable.

Pies: Planos, de forma alargada, dedos separados. Espolones.

Movimiento: Abarca muy poco terreno, acción restringida. Paso de ambladura frecuente o constante. Falta de coordinación entre la acción delantera y la trasera.

Pelo: Doble pelaje Stockhaar, pelaje mate.

Color:

Leonado: Leonado grisáceo, leonado azulado, isabella (crema) o leonado sucio.

Atigrado: Color base azul plateado o isabella. Manchas atigradas descoloridas.

Arlequín: Color básico color azul grisáceo moteado. Parches grandes en gran parte de color leonado-grisáceo o azul-grisáceo.

Negro: Color leonado-negro, pardo-negro  o azul-negro.

Azul: Color azul-amarillento o azul-negro.

Faltas graves

Carácter: Timidez.

Mandíbula/Dientes: Mordida en pinza.

Ojos: Entropión, ectropión.

Cola: Doblada.

Faltas eliminatorias

Carácter: Agresividad o morder por temor.

Trufa: Color hígado o nariz partida.

Mandíbula/Dientes: Prognatismo, Enognatismo, mordida cruzada.

Color:

Dogo alemán de color leonado o atigrado con marca alargada en la frente (lista), anillo en forma de collar blanco alrededor del cuello, pies blancos o "calcetas" y la punta de la cola blanca.

Dogo alemán azul con marca blanca en la frente, anillo en forma de collar blanco en el cuello, pies blancos o "calcetas", y punta de la cola blanca.

Dogo alemán arlequín de color blanco sin negro (albino), así como perros sordos. Los llamados tigres de China (Porzellantiger) muestran predominantemente parches de color azul grisáceo, leonado o atigrado; los llamados "tigres grises" (Grautiger) tienen un color básico gris con parches negros.

Talla: Por abajo de la altura mínima.

N.B: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.

El estándar oficial

lunes, 13 de mayo de 2013

Jadterrier



Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier)

Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier) - Características básicas

Grupo

3

Sección

Terriers de talla grande y media. Con prueba de trabajo.

Nacionalidad

Alemana.

Talla

Altura de la cruz: machos, de 33 a 40 centímetros; hembras, de 33 a 40 centímetros. Peso (deseable para el trabajo): machos, de 9 a 10 kilos; hembras, de 7,5 a 8,5 kilos.

Pelo

Áspero, duro, denso y recto o pelo liso y duro.

Colores

El color es negro, pardo oscuro o negro grisáceo mezclado con marcas limpias, bien delineadas de color amarillo rojizo sobre los ojos (cejas), hocico, pecho, miembros y alrededor del ano. Se permite igualmente una máscara clara u oscura; se tolera una pequeña marca blanca en el pecho y sobre los dedos.

Cola

Con buena inserción en la grupa larga, acortada aproximadamente en un tercio de su longitud. Puede ser llevada un poco menos levantada que recta en forma vertical; no debe estar inclinada sobre la espalda.

Orejas

En forma de “V” de implantación alta, no exageradamente pequeñas y ligeramente pegadas al cráneo.

Cráneo

Cráneo plano y amplio entre las orejas. Un poco más estrecho entre los ojos.

Ojos

Oscuros, pequeños, retraídos, con párpados que cierran bien. Mirada decidida.

Nariz

En relación con el hocico, no debe ser demasiado estrecha ni demasiado pequeña; no debe estar partida. Siempre de color negro. Si el color primordial del pelaje es castaño, también la trufa puede ser de ese color.

Pecho

Profundo, arqueado, con los riñones y la grupa muy musculados.

Miembros Anteriores

Las extremidades anteriores, vistas de frente, se observan rectas y paralelas; desde los lados se ven bien aplomadas bajo el cuerpo. La distancia desde el piso hasta el codo es casi la misma que desde el codo hasta la cruz.

Miembros Posteriores

Vistos desde atrás, son rectos y paralelos. Presentan buenas angulaciones entre el muslo y la pierna, así como entre la pierna y el metatarso. Huesos fuertes.

Pies

No se admiten los pies de gato. El delantero suele ser más ancho que el posterior. Los dedos bien cerrados.


Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier) - Ficha descriptiva

• Carácter

Es un perro listo, muy intuitivo, de agudos sentidos que le mantienen siempre alerta, lo que le ayuda a la hora de cazar. Su temperamento es el de un animal indómito, independiente, que se muestra reservado e incluso desconfiado con los extraños. Es un perro de temperamento notablemente agresivo, con una aptitud impetuosa, vivaz y combativa que le permite, a pesar de su reducida talla, acometer al zorro o al jabalí con desenvoltura.

• Utilización

Excelente cazador de gran tenacidad y mucho coraje, insustituible como perro de madriguera. En cada lance se entrega a fondo, sin que le atemoricen los colmillos o las defensas de su enemigo. Tiene una excelente boca con gran presa, cuando muerde no suelta, aún recibiendo fuerte castigo. Si le he calificado de insustituible en madriguera, en superficie no queda atrás, en el rastro de sangre es excelente gracias a su fino olfato y su constancia. Trabaja sobre la pista con gran inteligencia, permitiendo cobrar cualquier pieza herida en el monte. El terrier alemán de caza puede realizar una estupenda labor en ganchos o batidas.

• Manejo Práctico

No requiere cuidados particulares para la capa, sea dura o lisa, pero el empleo de un cepillo de cerdas o un guante de crin favorece la higiene del manto. De temperamento nervioso, las necesidades alimenticias para un ejemplar macho adulto estarían en las 700 a 750 kcal. diarias, cien menos para las hembras, pero estas cantidades deben duplicarse en los periodos de caza.

Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier): Una ‘máquina’ para cazar bajo y sobre el suelo

Hace una década era prácticamente un desconocido en España y hoy es, sin duda, el terrier más popular en la caza, algo que se fundamente en su condición de perro esencialmente de trabajo, de animal con portentosas capacidades cinegéticas. Comparado con los terriers británicos, de hermosa construcción y, en muchas ocasiones, sofisticado arreglo del manto, no se puede afirmar que el jagdterrier sea un perro atractivo, una apreciación que cambia cuando lo vemos trabajar. La verdadera belleza del jagdterrier reside en su inagotable espíritu cinegético, la perfecta y decidida acción cazadora que desarrolla en el campo.
Nada pone coto ni frena la pasión de este pequeño perro, que desde el primer momento que lo vemos cazando nos cautiva. Hubo un tiempo en que todos los terriers debieron ser así, según leemos en los viejos libros ingleses, pero cien años de exposiciones caninas han logrado eliminar de ellos todo espíritu combativo.
Su temperamento es su tesoro. No puede negar su ascendencia británica, sus antepasados terriers, pero se ha librado de la ‘domesticación’ de instintos que la cinofilia británica impuso en sus razas en el pasado siglo. Este perro, ágil y nervioso, entra como un terremoto en la madriguera, pues nada le amedrenta, y la recorre velozmente ayudado por sus finos vientos y la confianza que tiene en su poderosa mordida. Todo esto le lleva a atacar desde el primer momento, despreciando el castigo al que le pueda someter su enemigo y sólo preocupado por imponerse en ese ritual de muerte. Igualmente su aguante llama la atención, ya que todo músculo y nervio, aguanta las jornadas de caza sin desmayo, incluso dentro de las madrigueras, por las que siente verdadera pasión. Debe estar bien sujeto si queremos evitar que se introduzca en ellas sin nuestro consentimiento.

 

Algo de historia

Sus orígenes son realmente recientes, ya que fue creado por los cazadores alemanes hace aproximadamente un siglo, mediante cruces con diversos terrier ingleses. Lo curioso es que se parece enormemente a una raza hoy prácticamente desaparecida (el viejo terrier inglés), bien por un salto atrás o porque se empleó esto perro más de lo que se cree, un perro de trabajo y considerable coraje que algunos entusiastas británicos tratan ahora de recuperar.
A grandes rasgos podemos definir al jagdterrier como un perro de selección, como un animal de cría controlada y no como raza natural, ya que fue presentado en público en 1927 por vez primera, no siendo admitido por la Federación Cinológica Internacional hasta 1968. Entre las razas que aportaron su sangre a la formación del jagdterrier destaca el fox terrier, raza que había tenido una gran difusión en Europa continental desde principios del siglo XX. Desde 1900, en la cinofilia británica adquieren la mayor importancia las exposiciones de belleza, con criadores cada vez más especulativos, interesados exclusivamente en el color o la textura del pelo del fox y convirtiendo la raza en un pasivo sujeto de peluquería. Y aunque un reducido grupo de aficionados continuaba buscando perros corajudos para la caza, especialmente para su trabajo conjunto con los foxhound en la caza del zorro, lo cierto es que los cazadores centroeuropeos, ante la dificultad de importar buenos perros para la madriguera, optaron por crear sus propias líneas de sangre de perros cazadores.
El fox terrier estaba presente en Alemania desde 1800, aproximadamente. Los cazadores germanos optan inmediatamente por los perros de manto negro o negro y fuego, a diferencia de los británicos, que trabajaban sobre mantos blancos, y además incorporan sangre de razas como el old english broken terrier (viejo tipo de terrier de pelo duro). Era este perro el genuino terrier de caza, animal prominente en la historia del deporte cinegético británico e indudablemente el antecesor del popular fox terrier. El old english broken terrier o black-and-tan broken-haired old english terrier, nombres con que se conoce a la raza, aparece ya retratado en los más antiguos grabados y pinturas de caza británicas. Hoy, con una población exigua, es utilizado por un reducido número de cazadores británicos, siendo su presencia en las exposiciones de belleza nula. Es una raza para los que aman la caza tradicional y la utilidad en el perro, y no para quienes persiguen el comercio de las razas populares.
Finalizada la I Guerra Mundial, algunos criadores y cazadores socios del Fox Terrier Club Alemán se separaron de esta asociación con la finalidad de obtener una raza de máxima utilidad para la caza. Como dice el propio club alemán sobre la raza: “Los cinólogos experimentados Rudolf Friess, Walter Zangenberg y Carl-Erich Grunewald, decidieron intentar criar un perro de caza negro y fuego que tuviera una habilidad natural para la caza en madriguera. Sus anhelos empezaron a tomar forma gracias a una casualidad. El director del Jardín Zoológico Lutz Heck-Hagenbeck, le regaló a W. Zangenberg cuatro perros terrier negro rojizos procedentes de líneas fox terrier puras. Con estos perros se empezó la crianza del jagdterrier”. Como raza artificial deberían conocerse mejor los cruzamientos que dieron origen a los primeros jagdterrier, pero por desgracia la mayor parte de la documentación del Club fue destruida durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, por lo que hemos de recurrir a especulaciones.

Sobre todo, utilidad

El deutscher jagdterrier es, sin duda, el más eficaz, capaz y útil perro de madriguera de entre las razas dedicadas a este cometido. Pero es mucho más que eso: es un perro polivalente en el más amplio sentido de la palabra, un genuino perro de trabajo como es difícil encontrar hoy en día en la aburguesada cinofilia de salón y CACIB. No debe, por tanto, extrañar que haya logrado desplazar en toda Europa de forma gradual a las restantes razas de terrier cuando lo que se busca es eficacia en la caza. Siendo una raza muy numerosa y difundida en Alemania y en Francia, llama la atención el escaso número de ejemplares que se ven participando en las exposiciones de belleza, lo que certifica que la raza está en manos de cazadores.
El Deutscher Jagdterrier Club de Alemania tiene establecidas normas muy severas para admitir los ejemplares en la crianza. Éstos deben superar difíciles pruebas de trabajo en tierra, en agua, en madriguera artificial, sobre rastro..., con la finalidad de preservar las aptitudes naturales de la raza. Los test de aptitudes naturales persiguen reflejar la capacidad natural del perro para la caza, y para ello es necesario testar aspectos como el olfato, la tendencia a latir el rastro, la afición al agus y, cómo no, la corrección morfológica. Sólo el jagdterrier que supera severos controles es declarado apto para la cría en Alemania.

Sabueso Español




Sabueso español


Sabueso español - Características básicas

sabuesoespañol-1

Grupo

6

Sección

Sección 1.2, Perros tipo sabueso de talla mediana. Raza española. Sinonimia: Sabueso norteño; sabueso asturiano, sabueso santanderino; sabueso alavés, sabueso navarro, sabueso astur cántabro

Nacionalidad

Española.

Talla

Altura a la cruz: Machos de 52 a 57 cm, y hembras de 48 a 53 cm.

Pelo

Tupido, corto, fino y pegado. Repartido por el cuerpo hasta los espacios interdigitales

Colores

Blanco y naranja, con predominio de uno o otro color y distribuido en manchas irregulares bien definidas y sin moteado. El color anaranjado puede oscilar desde un tono más claro (limón) al tono rojizo fuerte.

Cola

De nacimiento grueso e inserción media. Fuerte y poblada de pelo muy corto formando en la punta un pequeño pincel. En reposo su porte es curvado y bajo sobrepasando el corvejón; en trabajo es elevada en sable sin exceso.

Orejas

Grandes, largas y caídas. De suave textura, forma rectangular y punta redonda; están insertadas por debajo de la línea de los ojos y penden libremente en tirabuzón

Cráneo

De anchura media, siendo superior en los machos. Perfil convexo. La anchura del cráneo debe ser igual a su longitud. Visto de frente, debe ser abovedado.

Ojos

Medianos, almendrados, de color avellana oscuros. De mirada triste, noble e inteligente. Párpados pigmentados del color de la trufa; mucosas adosadas al globo ocular.

Nariz

Grande, húmeda y con ventanas anchas y de amplio desarrollo. Su color oscila desde un marrón claro a un negro intenso, acompañando siempre al color de las mucosas.

Pecho

Muy desarrollado, ancho, profundo y alto, llegando ampliamente al codo. Punta del esternón marcada. Costillas con espacios intercostales de gran amplitud y redondeadas, que albergan una gran caja torácica.

Miembros Anteriores

Perfectamente aplomados, rectos, paralelos; dan sensación de cortos y se aprecian claramente músculos y tendones.

Miembros Posteriores

Potentes, musculados y de excelentes angulaciones. Aplomos correctos, corvejones sin desviaciones, metatarso largo y pies fuertes

Pies

Pies anteriores: De gato. Dedos apretados, falanges fuertes y altas. Uñas duras y fuertes; almohadillas amplias y resistentes. Pies posteriores: De gato, ligeramente ovalados. Más alargados que los pies anteriores

Sabueso español - Ficha descriptiva

sabuesoespañol-2

• Cronología Moderna

1911.- Esta es una de las primeras razas autóctonas admitidas por la Real Sociedad Canina desde el momento de su fundación. 1977.- Se crea el Club de Sabueseros de España por Iniciativa de Francisco P. Ortuño. 1980.- Tiene lugar la primera concentración de sabuesos españoles en Cantabria, acontecimiento que se considera la primera exposición monográfica de la raza. 1985.- Se crea el Club Español del Sabueso Español y razas afines, afiliado a la Real Sociedad Canina

• Carácter

Cariñoso y manso, es un hermoso animal, que en el combate con piezas de caza mayor demuestra poseer una bravura y valentía poco común.

• Utilización

Perro de rastro para caza menor, aunque no desprecia el rastro de caza mayor, ya sea jabalí, ciervo, corzo, zorro lobo u oso. El cazador, informado por la voz (latir) del perro y sus modulaciones, conocerá el desarrollo de la caza del rastro y sus incidencias tales como rastro viejo o reciente, doble rastro, latir de parada o llamar a muerto. El sabueso español es el gran especialista en la caza de liebres a vuelta y es sumamente efectivo en el rastro de sangre.

• Manejo Práctico

Además de proporcionarle una alimentación e higiene adecuada, debe someterse a una buena preparación física, en vísperas del periodo de caza. Las necesidades de alimento en Kilo calorías diarias como ración de mantenimiento están en 1.440 Kcal

Sabueso español: Un veterano de nuestros montes

El término “sabueso” no designa en sí mismo el nombre de una raza, sino el de un tipo de perros apto para seguir el rastro de piezas de caza huidas o heridas. Es un perro al que caracterizan un fino olfato y un gran coraje para cazar en lo más cerrado del monte. Es un tipo de perro universal; sabuesos hay en todos los países europeos, en cada región adaptados a la cultura de caza local y al hábitat en el que desarrollan su labor venatoria. En la cinología británica se les conoce como hound, y todas las razas que en su nombre llevan la terminación hound son de rastro. El sabueso hispano por excelencia, rastreador de grandes cualidades, lleva siglos utilizándose para la caza de la liebre, actividad en la que se necesitan perros de buena nariz, busca persistente y gran resistencia física para perseguir durante horas a la liebre.
Este soberbio animal, de gran hermosura, es uno de los perros de caza más antiguos de la Península Ibérica. Su empleo en la España antigua, cubierta de densas masas boscosas, se extendía desde la Cornisa Cantábrica, donde sigue siendo ampliamente apreciado para la liebre y, sobre todo, el jabalí, hasta las serranías andaluzas. Aunque las referencias sean escasas, sabemos que en el siglo III ya tenía amplia difusión la caza con este tipo de perros, y para el siglo IX era el perro predilecto de reyes como Ordoño I o Ramiro I de Asturias. Se desconoce la fecha en la que los sabuesos llegaron a la Península Ibérica, pero los modernos estudios sobre la filogenia de las razas caninas mediante su ADN han permitido conocer que los perros son un grupo morfológicamente muy diverso pero genéticamente muy homogéneo, por lo que se admite que nuestro sabueso desciende del mismo tronco étnico que los perros de rastro galos, los Canis segusius, empleados por el pueblo celta que habitó la zona central de Francia. Jenofonte, en su libro didáctico intitulado ‘Cinegético’, describe ampliamente a los sabuesos galos y el modo en que cazaban.

Hispania

Pasaron las guerras, los pueblos conquistadores y los conquistados se perdieron en el olvido, pero el sabueso español pervivió. Los españoles cazábamos con sabueso antes de ser españoles; antes de la invasión romana los sabuesos ya aullaban en nuestros bosques tras la liebre, y lo siguieron haciendo durante el dominio árabe. Sabuesos acompañaron a Alfonso XI, el rey cazador, en sus jornadas de asueto. “Los ojos tristes et que caten adelante” (los ojos tristes y que miren al frente), dice el monarca en una colorista descripción de la raza. Toda la literatura venatoria hispana posterior, con Argote de Molina, en 1582, o Martínez del Espinar, en 1644, dedica gran atención al sabueso, a los métodos de su adiestramiento y a su empleo en la caza de todo tipo de piezas.

Cinofilia y olvido

No se pude decir que el nacimiento de la cinofilia en España supusiese un hito importante para nuestro sabueso, que quedó siempre marginado, en tanto se apoyaban y fomentaban las razas extranjeras. Una sencilla comprobación a las inscripciones de la raza en el Libro de Orígenes Español (LOE) atestigua la veracidad de lo expuesto.
De 1911, año en el que el conde de Lérida funda la Real Sociedad Canina, hasta 1925, con la primera edición de los libros, se registraron seis ejemplares. Todos ellos procedían de un mismo criadero, afijo Del Cierro, propiedad de José de Argumosa, natural de Torrelavega (Cantabria), y todos eran de color negro y fuego, salvo uno chocolate y blanco. De 1925 a 1931 no se realizó ninguna inscripción. De 1931 a 1936 se registraron seis ejemplares procedentes del afijo Campijo, propiedad de Jesús Ibáñez, natural de Castro Urdiales (Cantabria), todos de color caoba y blanco.
Naturalmente, en los años de la Guerra Civil (1936-1939) no se producen inscripciones, y en los años de posguerra se llegó a afirmar que la raza había desaparecido. Un hecho importante se produjo para el sabueso español en 1965, pues se interesa por la raza quien al final aparece como su recuperador, Antonio Miján, con el afijo Monte Naranco.

Recuperación, la ilusión

Las nuevas generaciones de nuestra cinofilia se encuentran con una afición bien afincada en la sociedad, donde el perro de raza tiene prestigio y las razas autóctonas cuentan con el apoyo de las instituciones, pero no siempre fue así. Recuperar una raza como el sabueso español en los años sesenta y setenta del pasado siglo, cuando el prestigio de los perros franceses llevaba a los cazadores a cubrir sus hembras de sabuesos con azules de Gascuña o beagles, fue una labor de titanes. Un proceso que hubo de cumplir tres tiempos:
1. Prospección de la raza canina autóctona en el agro al que se encuentre ligada.
2. Selección, medición y descripción de aquellos sujetos que, por sus características fenotípicas y funcionales, se encuadran en el grupo racial de interés. Hubo que estudiar sus caracteres fanerópticos (manto, color, piel, tipo de oreja, dentadura, etc.), zoométricos (alzada, perímetros, angulaciones, índices y longitudes) y funcionales (aptitudes, etología, reproducción, etc.).
3. Redacción de un prototipo racial a partir de los datos obtenidos. Creación de asociaciones de aficionados a la raza y elaboración de programas de cría.
Gracias a la labor de un puñado de buenos aficionados, el sabueso español no terminó en ese libro de las razas caninas desaparecidas. Hay grandes hombres que realizaron una labor importantísima en su tiempo y, sin embargo, corren peligro de que la memoria colectiva, antojadiza e infiel, termine por ignorar. Uno de esos casos es Antonio Miján. A su empeño personal e ilusión debe mucho el sabueso español; su labor le erigió, posiblemente sin desearlo, en el salvador la raza sabueso español. Apenas nos ha dejado escritos u opiniones que permitan a las futuras generaciones apreciar y agradecer su callada labor. Durante treinta años crió una raza que, por el empuje de las modas caninas y el aluvión de los perros de rastro franceses, había dejado de interesar en nuestro país, dejadez en la que se incluía a la Real Sociedad Canina. Se encontró con una raza fuertemente mestizada y peleó por recuperar cuanto de original y de noble tiene el sabueso español. Fueron años de cría dedicados a fijar pigmentaciones y a mejorar estructuras, seleccionando el carácter  correcto en un perro de caza. Crió setter inglés y pointer para los cazadores españoles, y el dinero que estas razas le daban lo empleaba en mantener y seleccionar su plantel de sabueso español, raza para la que en aquellos años no había mercado.

Consolidación

En 1979 se creó en el seno de la Real Sociedad Canina un grupo de trabajo con el nombre de Comisión de Razas Españolas, siendo su primer director José Manuel Sanz Timón y contando entre sus miembros con personalidades de la cinofilia comprometidas con las razas autóctonas, como Jesús Vadillo (gos d’atura), Manuel Díaz Navarro (mastín español), Alonso Guasp y Pou (ca de bestiar), Carlos Contera (pachón navarro) y Antonio Miján, que sería nombrado primer juez especialista en sabueso español. Con el apoyo de la Comisión se realizaron en 1980 concentraciones de sabueso español en Torrelavega, Posada de Llanes y Cabezón de la Sal, las cuales contribuyeron a dar  publicidad a la raza y permitieron conocer su estado de conservación para tomar medidas adecuadas para su mejora. El I Symposium Nacional de las Razas Caninas Españolas, en 1982, con ponencias sobre la raza de Sanz Timón y Antonio Miján, y la celebración en diciembre de 1981 de la primera Gran Exposición Especial Nacional de Razas Españolas, organizada por la Real Sociedad Canina, nos permitieron afirmar que la raza había dejado atrás el peligro de extinción y tenía un futuro por delante.

La talla, disparidades

En el estándar vigente en la FCI, válido desde el 26 de mayo de1982, leemos: “se observa en esta raza un elevado índice de dimorfismo sexual que se refleja en la diferencia de tamaño entre machos y hembras, siendo las hembras sensiblemente más bajas y de menor corpulencia. Altura a la cruz: Machos: de 52 a 57 cm., y hembras: de 48 a 53 cm. Se admite un centímetro de tolerancia sobre la alzada para ejemplares de excelentes proporciones”. La gran diferencia de talla entre un sabueso de 51 centímetros y otro de 58 centímetros, ambos admitidos por su patrón racial, tiene su origen en el estándar anterior a 1982, vigente durante más de un cuarto de siglo, que contemplaba la existencia de dos tallas, denominadas “tipo grande” o sabueso de Monte, con una alzada que oscilaba entre los 51 y 56 centímetros para los machos, y entre 49 y 52 centímetros para las hembras. De la otra talla, denominada “sabueso ligero” o sabueso lebrero, decía textualmente: “La talla será inferior a 51 cm. en los machos y a 49 cm. en las hembras”. En 1982, la escasez de ejemplares puros de una y otra talla aconsejó que el estándar se unificara para juzgar conjuntamente los dos tipos, especialmente porque en la raza el equilibrio de las formas tiene más importancia que la talla propiamente dicha, siempre que cumpla los demás apartados de su estándar.
EL CLUB
Con la denominación de Club de Sabueseros de España se crea, en 1977, la primera asociación preocupada por la conservación y fomento de la raza y germen de lo que es el club actual. La idea fue concebida por Francisco Prieto Ortuño y llevada a cabo gracias al patrocinio de la revista ‘Caza y Pesca’, que publicó en sus páginas la convocatoria de una reunión de aficionados a la raza. Este club no fue reconocido por la Real Sociedad Canina, fundamentalmente por la ambigüedad de su nombre. La Canina ha tratado siempre que los clubes se circunscriban a una raza o a un grupo muy homogéneo de ellas, y “sabueseros” es un cajón donde cabe demasiada variedad, desde perros franceses a británicos. El Club se fundó el 10 de agosto de 1985 con el nombre de Club del Sabueso Español y Razas Afines, siendo aprobados sus estatutos el 25 de marzo de 1986 por el Ministerio del Interior. Desde entonces ha pasado por diversas etapas, como es natural en este tipo de organizaciones, con momentos brillantes y otros apagados, pero lo que merece destacarse es el enfrentamiento callado, pero muy fuerte, que en su seno se produjo entre los que apostaban por un perro para las exposiciones de conformación al estándar (belleza), y aquéllos que querían y necesitaban un perro de trabajo, una raza moderna y funcional.
De acuerdo con los Reglamentos de Trabajo para perros de rastro aprobados por la Real Sociedad Canina, el Club puede organizar pruebas de caza cuya finalidad es “ser un auxiliar para la cría y su objetivo es destacar a los mejores ejemplares, para conocimiento de criadores y aficionados”.

Setter gordon

Setter gordon


Setter gordon - Características básicas

settergordon-1

Grupo

Grupo 7: Perros de muestra.

Sección

Sección 2.2: Perros de muestra de las Islas Británicas. Sometido a prueba de trabajo

Nacionalidad

Británica.

Talla

Altura a la cruz: en los machos debe ser de 66 centímetros (26 pulgadas) y en las hembras de 62 centímetros (24 ½ pulgadas).

Pelo

El pelo de la cabeza, el borde anterior de los miembros y las puntas de las orejas es corto y fino; en el resto del cuerpo tiene un largo moderado, es liso y sin ondulaciones ni rizos. Los flequillos del vientre se pueden extender hacia el pecho y la garganta, y en lo posible no deben ser rizados u ondulados.

Colores

Negro profundo y brillante, sin tonos rojizos óxidos, con manchas color rojo castaño, es decir, color fuego brillante. Se permiten manchas finas negras en los dedos y vetas negras debajo del maxilar.

Cola

Recta o ligeramente en forma de cimitarra, sin sobrepasar los corvejones y llevada horizontalmente o por debajo de la línea dorsal.

Orejas

Deben ser de tamaño mediano y delgadas. Su implantación es baja y tienen que ser llevadas junto a la cabeza.

Cráneo

Ligeramente redondo, siendo el punto más amplio entre las orejas. Más amplio que el hocico, con buena cavidad craneal. Depresión naso-frontal (stop) claramente definida.

Ojos

De color castaño oscuro y brillantes. No deben ser salientes ni hundidos y han de estar bien colocados debajo de los arcos superciliares, con una expresión astuta e inteligente.

Nariz

Grande, amplia, de color negro, con fosas nasales abiertas.

Pecho

Profundo y no muy ancho. Las costillas son bien arqueadas y bien desarrolladas hacia atrás.

Miembros Anteriores

Son de hueso plano, rectos y fuertes. Las escápulas son largas y bien inclinadas hacia atrás.

Miembros Posteriores

Son de hueso plano, rectos y fuertes. Las escápulas son largas y bien inclinadas hacia atrás.

Pies

De forma ovalada, apretados, con dedos bien arquead
os y bien provistos de pelo entre ellos. Las almohadillas plantares y digitales están bien desarrolladas.


Setter gordon - Ficha descriptiva

settergordon-2

• Carácter

Inteligente, hábil y noble. Intrépido, audaz y de carácter afable y estable. Es un perro elegante y de rasgos que denotan velocidad. Tiene una constitución armoniosa, está dotado de una buena inteligencia funcional y es fácil de adiestrar, soportando el estrés bien y dando un máximo rendimiento en el trabajo.

• Utilización

Excelente perro de muestra, que se adapta perfectamente a cualquier tipo de terreno, resultando particularmente eficaz en las zonas boscosas y para la caza en acuáticas. Aunque no tiene la velocidad de los otros setter, es un perro seguro y muy eficaz, casi siempre buen cobrador de la pieza abatida.

• Manejo Práctico

Las raciones alimenticias de mantenimiento para este soberbio perro se sitúan entre las 1.450 y 1.700 kcal. diarias, cantidad que debe incrementarse en los periodos de actividad intensa como la caza o cuando el perro se ve sometido a un fuerte estrés, por ejemplo durante el entrenamiento. Es conveniente cepillar el manto tras una jornada de caza, pues la limpieza de la capa con regularidad garantiza el control de enfermedades de la piel.

Setter gordon : Negro y fuego para la caza menor

Del apasionante grupo de los setter, el Gordon es, sin lugar a dudas, la raza menos difundida y de apariencia más tosca, pero en modo alguno porque sus cualidades cinegéticas sean inferiores. El Gordon es un excelente perro de muestra, que se adapta sin dificultad a cualquier tipo de cazadero y pieza, siendo particularmente brillante su trabajo en las zonas de vegetación más tupida y en los humedales y pantanos.
Los setter Gordon tienen su origen en los setting spaniels. Algunos de estos setting se cruzaron con el old spanish pointer para fijar una muestra natural, sin adiestramiento, y así nacieron los setter. El nombre setter es, por tanto, una corrupción o transformación del vocablo primitivo sitting, procedente del verbo inglés to set (tumbarse), por la particularidad de estos perros de pararse ante la pieza de caza y mostrarla tumbados, aguantando mucho la muestra.

Antecedentes

En 1621 Gervase Markham publicó en Londres el opúsculo ‘Hungers Prevention: or The Whole Arte of Fowling by Water and Land’ (‘Prevención del hambre o el arte de la caza de las aves en el agua y en la tierra’), y en él menciona unos “setting dog black and fallow”, spaniel dorados y negros que llamaron su atención por su dureza y resistencia en la caza. El citado Markham así los cita, señalando que eran los perros más fuertes y de mayor resistencia. También en algunos cuadros del pintor francés Alexandre François Desportes (1661-1743) aparecen retratados setter blancos con manchas negras y color fuego. Y en el libro ‘A Treatise on Field Diversions’ (1776), el autor escribe: “Ya hace 50 años que se distinguen dos clases de setters, el negro y tan o el naranja o limón con blanco”. Y el pintor naturalista Sydenham Edwards dejó un cuadro fechado en 1805 que reproduce los tres tipos de setters (inglés, irlandés y escocés).
Hoy, algunos historiadores opinan que no puede atribuirse al 4º duque de Gordon todo el mérito de la creación de la raza, pues ya antes de su nacimiento, perros spaniels negro y bronce se podían encontrar en Gran Bretaña. Si los duques de Gordon no inventaron la raza, desde luego sí la hicieron muy popular.

El duque cazador

Alexander, 4º duque de Gordon, cuando no estaba ocupado por sus asuntos militares o públicos dedicaba el tiempo a cazar con setter. En los extensos field de Escocia, tierras duras, los setter eran los perros de caza ideales para las aves. Con el tiempo, el duque de Gordon empezó a criar sus propios perros. ¿Cómo llegó a fijar o a fijarse en los setter de manto negro y fuego? Hay muchas leyendas, y una dice que cruzó un collie escocés blanco y negro, obteniendo una camada de perros blancos y negros. Envió un cachorro con cinco libras al pastor que le cedió el collie, pero éste no logró nunca que el perro pastoreara las ovejas.
Esta historia tuvo durante muchos años gran crédito y se puede encontrar en viejos libros sobre la raza. El profesor Gino Pollaci, un conocido cinólogo italiano, en sus trabajos sobre el Gordon en la caza de la becada, fantasea sobre las posibles sangres empleadas por el 4º duque de Gordon en la formación de sus perreras, escribiendo: “En la región escocesa de Banffshire, al norte de Focharbes, en la proximidad del río Spey, a unas millas del mar, se tiene constancia de que a principios del siglo XIX había perros de pastoreo que además de conducir los rebaños, mostraban las piezas de caza a gran distancia. Seguían lentamente su rastro, demostrando tener muy buen olfato y un instinto de muestra superior incluso a otras razas inglesas de caza de la época. El duque de Gordon solía utilizar estos perros que le prestaban los campesinos para sus batidas en su hacienda de Gordon Castle, entre los que destacaba una hembra por sus cualidades superiores de olfato y muestra. La admiración del duque por aquella hembra era tal, que la hizo montar con el mejor de sus setter, unión que dio lugar al setter negro y fuego actual, si bien originariamente tenían por lo menos tres colores: negro, blanco y fuego”.
La realidad es menos fantasiosa y no se sustenta en cruzamientos de razas tan dispares. Con testimonio de la existencia de setter rojos y negros en Escocia desde 1600 y de perros de muestra en el Midland (los condados del centro) de color negro y fuego mucho antes de que Alexander iniciara su crianza, es natural que los cinólogos opinen que los perros llegaron a las perreras del duque procedentes de otros sitios con un tipo ya bien definido.

Hablan los especialistas

Stonehenge, seudónimo de John Walsh (1810-1888), considerado en su época una de las mayores autoridades en temas caninos y autor de ‘The Dog of the British Islands’, manifestaba en 1873 en su afamado libro que el setter Gordon pudo aparecer del cruce con algún tipo de sabueso, pero desde luego no habla de perros de pastoreo como los collies. También Thomas Pearce, que firmó con el seudónimo Idstone en su ‘The Dog’, se apunta a la teoría del cruce con sabueso, y para ello analiza las características de la cabeza del Gordon, tan diferente de las afiladas cabezas de los otros setter.
En ‘Dogs of Scotland’, del año 1891, D. J. Thomson Gray, otro autor clásico de la cinología británica, recoge el testimonio de Bill Roger, que trabajó como adiestrador en las perreras del duque. Éste le informa de que los perros carecían de uniformidad en el color, siendo el manto de la mayoría negro con rojo y negro con rojo y blanco, pero que no eran infrecuentes grandes manchas blancas y muchos tenían el pecho blanco y botines o medias blancas.
Alexander, 4º duque de Gordon, murió en 1827, haciéndose cargo de los perros su hijo, George, 5º y último duque de Gordon, que continuó la cría pero sin apasionamiento, como se deduce de la drástica reducción de perros que experimentaron las perreras entre ese año y 1836, año en que George murió. En 1836 la sala de subastas de ganado más antigua del mundo, la Tattersall, fundada en 1766 y que aún existe, sacó a subasta los once setter Gordon que permanecían en las perreras, alcanzando el precio máximo “Duque”, de cinco años, por el que Lord Abercorn pagó 34 guineas. Parte de aquellos perros habían sido comprados por Isaac Sharpe, un guardabosque, que continuó la cría con el afijo Stylish. Los Sharpe fueron una familia ligada por generaciones al mundo del perro. El hijo de Isaac, Richard, publicó en 1924 ‘Dog Training by Amateurs’, durante décadas el manual de todo el que quería adiestrar un spaniel o un setter para la caza.

Reconocimiento de la raza

Cuando se funda el Kennel Club en 1873, la raza es reconocida con el nombre de black and tan setter. En el primer libro de registros de este organismo, figuran inscritos 126 black and tan setter. Hubieron de transcurrir cincuenta años para que el Kennel Club, en una resolución de su junta directiva de febrero de 1924, determinara cambiar el nombre de la raza por el de setter de Gordon. Una decisión que no dejó de levantar protestas de quienes consideraban que si bien un gran número de los ejemplares entonces existentes procedían de las líneas criadas por los duques de Gordon, no era menos cierto que existían otras líneas que no tenían nada en común con aquéllas. De hecho, criadores como Isaac Sharpe o Robert Chapman habían efectuado un trabajo de refinamiento y uniformidad de la raza tan apreciable como el de Gordon. Y es que sería injusta una historia de la raza que no reconociese la ingente labor llevada a cabo por Robert Campman con su afijo Glenboig, que a lo largo de veinticinco años seleccionó algunos de los mejores setter Gordon de la historia.

En el trabajo

Estamos frente a un perro incansable en el trabajo, muy reflexivo, capaz de moverse todo el día por zonas difíciles sin mostrar cansancio. La búsqueda es de extensión mediana y muy detallada, en diagonales serpenteantes; la cabeza la lleva alta, con la caña nasal inclinada sobre la horizontal y la cola tensa y en continuo movimiento transversal, al ritmo con el galope. El Gordon es uno de los perros de muestra más versátiles. Ya Edward Laverack lo describió el pasado siglo como “un perro menos veloz que el setter inglés, pero debiéndose considerar que esta característica no determina negativamente su capacidad de trabajo”.
TRIUNFADORES EN LAS PRUEBAS
En la primera exposición canina del mundo, la de Newcastle-on-Tyne, organizada por John Shothose y William Pape, celebrada en 1859, el ganador en la categoría de setter fue un setter Gordon de nombre “Dandie”. En las primeras pruebas de campo celebradas cuatro años más tarde, en Southil, los tres primeros premios fueron alcanzados por los setter Gordon. Sus cualidades cinegéticas no pasaron desapercibidas a los criadores antiguos, y un ejemplo fue Llewellin, quien se interesó por los grandes campeones de field trials del norte de Inglaterra, perros setter Gordon en distintos grados de pureza, conocidos como de línea Duke & Rhoebe. Sus desvelos cuajaron a partir de 1871, cuando ejemplares Duke & Rhoebe, cruzados con sujetos de líneas Laverack retempladas con setter irlandés, le permitieron crear una línea propia de setter inglés.
POPULARIDAD
Este setter es mucho más popular de lo que podríamos pensar viendo el caso español. En Francia están registrados más de diez mil ejemplares en manos de cazadores, y en Estados Unidos goza de gran prestigio para el trabajo, estando la raza reconocida en este país desde 1884. El Gordon Setter Club of American se fundó en 1891 y su prueba de caza práctica es una de las de más reconocida solvencia del calendario cinegético americano. Si algo perjudicó al setter Gordon, fue el terco afán de los criadores británicos por el gigantismo en las razas setter, seleccionándose sujetos de talla desproporcionada para un perro de trabajo. Ello ocasionó la aparición de ejemplares aquejados de linfatismo. Todo eso se ha superado ya y la tendencia, entre los criadores de buenos perros de caza, es seleccionar líneas más ligeras, muy eficaces en el campo.

Beagle

Beagle


Beagle - Características básicas

beagle-1

Grupo

Grupo 6: Perros tipo sabueso, perros de rastro y razas semejantes.

Sección

Sección 1.3: Perros tipo sabueso de talla pequeña. Sometido a prueba de trabajo.

Nacionalidad

Británica.

Talla

Altura mínima deseable hasta la cruz: 33 centímetros (13 pulgadas); altura máxima deseable hasta la cruz: 40 centímetros (16 pulgadas).

Pelo

Corto, denso, resistente a la intemperie.

Colores

Cualquier color reconocido para los hound, exceptuando el color hígado. La punta de la cola es blanca.

Cola

Fuerte y moderadamente larga. De inserción alta, es llevada alegremente, pero no enroscada sobre la espalda.

Orejas

Largas, con la punta redondeada. De inserción baja.

Cráneo

Ligeramente abombado, moderadamente amplio, con una cresta occipital leve.

Ojos

Color pardo oscuro o avellana, bastante grandes, ni hundidos ni prominentes.

Nariz

Ancha, negra de preferencia, aunque se permite una pigmentación atenuada en ejemplares de colores claros.

Pecho

Desciende hasta debajo de los codos. Costillas bien arqueadas que se extienden perfectamente hacia atrás.

Miembros Anteriores

Rectos, verticales y bien colocados bajo el cuerpo; con buena sustancia y huesos redondos.

Miembros Posteriores

Musculosos, con rodillas anguladas.

Pies

Compactos y firmes. Bien articulados, con almohadillas fuertes. No presenta pies de liebre.


Beagle - Ficha descriptiva

beagle-2

• Cronología Moderna

1800. ‘El Sportsmans Dictionary’ cita la existencia del beagle. Parece que la raza, por aquel entonces, estaba aún poco definida, existiendo sujetos con pelo de grifón, cuyo manto se encontraba con una increíble variedad de colores, que iban del blanco puro a los azules, muy apreciados en Gales, donde eran conocidos como blue mottled. 1850. Desde este año, el reverendo Philip Honeywood, de Essex, criaba unos perros muy parecidos a los actuales beagles con el nombre de merry beagle. 1864. La raza se difunde en Francia, donde los hermanos De Chabot poseen una jauría cuyos cachorros repartieron entre amigos cazadores. 1876. El general Richard Powett importa los primeros beagles a Estados Unidos. 1885. La raza fue admitida por el AKC. 1890. Se funda el primer club de beagle en Reino Unido. 1891. Se incluye el beagle en la primera asociación de jaurías de perros lebreros británicos: Association of Masters of Harriers and Beagles.

• Carácter

Es un perro alegre, de temperamento amable y muy cordial con los niños, lo que le ha convertido en una mascota muy apreciada. Es audaz y desarrolla una gran actividad con determinación y tenacidad. Es atento, inteligente y posee un temperamento equilibrado. Amable y vigilante, no muestra agresividad ni timidez.

• Utilización

Su función esencial es la de cazar, principalmente la liebre siguiendo su rastro. Se muestra veloz y dominante en la caza, con gran determinación, sabiendo seguir el rastro de la salvajina con cordura y muy desenvuelto. Se aproxima a la pieza con rapidez y gran seguridad. No debe olvidarse que, como todos los sabuesos, es un animal muy tozudo; esa terquedad de su carácter es una parte constitutiva de su personalidad y resulta útil en su empeño a la hora de seguir un rastro.

• Manejo Práctico

Este perro necesita pocos cuidados. Unos pocos minutos son suficientes para mantener brillante y limpio su manto; bastará un buen cepillado semanal con un guante de crin o un cepillo de cerdas. Las necesidades alimenticias como ración de mantenimiento se sitúan entre las 750 y las 850 kilocalorías por día. En condiciones de trabajo, esa aportación debe incrementarse.

Beagle: Un buen zarcero con una gran voz

Es el más popular de los perros sabuesos británicos, también el más pequeño, y si observamos su estampa clásica, nos parecerá estar frente a un foxhound en miniatura. Es un perro de caza obstinado, con un olfato extraordinario y una vista bien desarrollada que le convierten en un cazador estrella. Se le emplea con éxito en la caza menor de pelo -con la liebre y el conejo es increíble- y raramente con el ciervo o el jabalí. Si esto parece poco, además tiene a su favor que puede cazar en solitario, en pareja o en jauría, guiado a pie o a caballo.
En Francia, el país con los mejores sabuesos del mundo, el beagle, un perro británico, es tremendamente popular. Ésta es la mejor demostración de las portentosas cualidades cinegéticas de este pequeño rastreador. Nuestros vecinos galos utilizan el beagle para cazar conejos y liebres, pero también ciervos, en la Francia occidental, y jabalíes en el Midi (en el sur). Nariz al suelo, como buen sabueso, introvertido en el pisteo, concentrado en las emanaciones, este perro de caza recorre el monte con tanta naturalidad que solamente la cola alzada a la vertical denota la tensión a la que se ve sometido, en tanto que emite su brillante y sonoro ladrido. Como a los basset y a otros sabuesos de poca alzada, su tamaño no le permite competir en velocidad con las presas, pero sus portentosas cualidades y su empeño cinegético le posibilitan cansarlas y acorralarlas señalando, mediante el ladrido, su presencia al cazador.
Etimología y talla
Si el nombre de la raza procede del celta beag o del francés antiguo begueule es discutible, tanto como que proceda del inglés arcaico beigh. Lo cierto es que el beagle tiene en todos estos idiomas la connotación de pequeño, una característica que siempre se apreció en este sabueso.
Siempre se apostó por una talla reducida en este ancestral cazador, lo que ha permitido que el estándar de la Federación Cinológica Internacional (FCI) dé un margen muy grande entre la talla mínima, que se sitúa en los 33 centímetros (13 pulgadas), y la máxima, puesta en los 40 centímetros (16 pulgadas).
Por su parte, el American Kennel Club (AKC) mantiene dos variedades, hasta 13 pulgadas, para los perros de rastro que no excedan esta altura, y hasta 15, para los perros comprendidos entre 13 y 15 pulgadas. Cualquier talla por encima de 15 pulgadas es defecto descalificatorio, por consiguiente un beagle europeo en la talla máxima (40 centímetros) sería descalificado y no podría reproducir en Estados Unidos.
Hacia 1840, Stonehenge (seudónimo de un prestigioso cinólogo británico y editor entre 1857 y 1888 de la revista ‘The Field’) había publicado ‘Manual of British Rural Sports’, libro en el que llega a mencionar hasta cuatro tallas en la raza (medium beagle o beagle mediano, lapdog beagle o beagle miniatura o faldero, fox beagle o beagle para zorros y rough-coated beagle o beagle de manto duro o beagle terrier). En todo caso, debía ser un perro de gran equilibrio en sus formas, que no debía recordar a un basset ni ser muy alto de patas. Hasta 1900, aproximadamente, no era infrecuente la cría de beagles de pelo duro.
Hunter o cob
El tipo primitivo de la raza era el hunter; galopador con el hocico en tierra, aunque, por imposición de las exposiciones caninas de belleza, se fue generalizando el tipo cob, que es el que actualmente exige el estándar racial. Los perros hunter son longilíneos y se inscriben en un rectángulo. En tanto que los cob presentan un perfil redondeado y una estructura cuadrada. En el beagle cob, la armonía general del perro se inscribe en un cuadrado, pues su construcción es brivilínea, redondeada y compacta. Hoy el beagle es el tipo más claro de perro cob.

El moderno beagle

El moderno beagle fue obra del reverendo Philip Honeywood, de Essex, que a mediados del Siglo XIX criaba unos perros muy parecidos a los actuales, con el nombre de merry beagle. Pero fue la fundación del primer club lo que verdaderamente contribuyó a la homogeneidad de la raza. The Beagle Club se fundó en 1890 y editó el primer estándar racial en 1895. Dado el gran auge que estaban adquiriendo las exposiciones caninas, pronto apareció un tipo de criador centrado en ganar dinero con ellas. Estos criadores estaban asociados en su mayoría al Beagle Club, ligado al Kennel Club de Londres y a los intereses comerciales de la metrópolis. En 1891, y como reacción contra el Club, un grupo de criadores de beagle de las zonas rurales del Reino Unido creó una Sección Beagle dentro de la prestigiosa Masters of Harriers Association, que cambió su denominación por la de Association of Masters of Harriers and Beagles (AMHB). Algunas de las más prestigiosas jaurías de beagles de la época (Cheshire, Christ Church, T. Johnson's, The Royal Rock, The Thorpe Satchville, The Worcestershire, etc.) se apresuraron a afiliarse a la AMHB.  Esta asociación procuraba (o procura, porque aún existe) potenciar las condiciones cinegéticas de los beagles y harriers, criando un perro de caza con particularidades morfológicas distintas de los perros que acudían a las exposiciones del Kennel Club londinense, todos ellos respondiendo al tipo hunter. En la actualidad, el AMHB centra sus esfuerzos en lograr la abolición de la Ley de Caza de 2004, que prohíbe la caza con jaurías, y en la defensa de los derechos de los cazadores rurales. La Association of Masters of Harriers and Beagles lleva su propio stud book o registro genealógico desde su fundación. Además, la AMHB tiene un grupo de inspectores de perrera que visitan anualmente los criaderos de sus asociados para comprobar que se respetan las normas de crianza y se mantiene el tipo genuino de la raza.

Otras variedades

Existe una variedad conocida como patch hound o patch beagle, que fue seleccionada a partir de 1896 por Willet Randall, exclusivamente, para la caza del conejo. Esta variedad no está reconocida en Gran Bretaña, pero cuenta con muchos criadores, especialmente en Estados Unidos, donde mantienen una gran actividad. En este país es muy popular para la caza del conejo de cola de algodón (Cottontail rabbit) y del mapache.
El beagle-harrier es una raza francesa con reconocimiento oficial por la FCI. Surgió de una idea de Henri Alenxadre, barón de Gerard (1770-1837) y conocido pintor romántico. Se obtuvo la raza mediante el cruce de un macho beagle y una hembra modern harrier, con la finalidad de lograr un animal de mayor talla. Se efectuaron los cruces entre beagles y harriers entre 1904 y 1910. El estándar de esta raza artificial fue redactado en 1925, modificado en 1933, revisado en 1950, y no fue hasta 1974 cuando, finalmente, lo aceptó la FCI. Esta raza no está reconocida por el Kennel Club inglés ni por el American Kennel Club. Sí lo reconoce el United Kennel Club, la otra gran organización cinófila norteamericana, con gran implantación en razas de caza.

El beagle en el mundo

La época dorada del beagle se produjo en los años que marcan el cambio entre los siglos XIX y XX y se alarga hasta bien entrada la década de los treinta. La Segunda Guerra Mundial sacudió violentamente a la raza, como ocurrió con casi todas las razas británicas. Recordemos que el mastiff se extinguió y tuvieron que recuperarlo adquiriendo perros en Estados Unidos. Francia tiene un estupendo nivel de beagle, iniciado a partir de 1864, cuando los hermanos De Chabot consiguieron una jauría cuyos cachorros repartieron entre amigos cazadores. Los Chabot son una familia de la nobleza gala oriunda del Bas-Poitou. El Club del Beagle francés se fundó en 1914 por el vizconde Bernard de Chabot. El número de beagles adultos que en Francia se emplean actualmente en la caza supera los veinte mil ejemplares.
Estados Unidos es uno de los países donde mejor se cría y más se aprecia a esta raza. Los primeros ejemplares llegaron en 1840, destinados exclusivamente para la caza. La raza le debe mucho al trabajo de Richard Rowett, que importó numerosos sujetos desde Inglaterra y en 1887 redactó un primer estándar americano en colaboración con otros dos criadores (Rowett y L. H. Twadell) y con Norman Ellmore. Este hombre, militar de carrera, creó una granja en Illinois donde comenzó una cría racional de beagles, llevando perros desde Inglaterra. La raza fue admitida por el American Kennel Club desde 1885, siendo el primer ejemplar registrado “Blunder”, con el número 3.188 del Club. En Estados Unidos se registran anualmente cuarenta mil nacimientos de beagles estándar y superan los seiscientos mil los perros registrados.
En España, el Club Español del Beagle, Beagle-Harrier y Harrier se fundó en 1994 y está afiliado a la Real Sociedad Canina (RSC), llevando a cabo una loable labor de difusión de la raza beagle, con especial interés en su uso como perro de caza. Está presidido por Josep Antoni Navarro Serra, quien ha publicado en esta revista sendos artículos sobre las cualidades venatorias de esta estupenda raza.

Evolución reciente

El beagle tiene los tres colores que al británico más le gusta encontrar en el manto de los perros: negro, blanco y rojo. Sin embargo, el pasado Siglo XX no trató bien a la raza, que se enfrentó a su desaparición como perro de jauría. En las últimas décadas, al alto coste económico que supone mantener una de tales jaurías, se le unió la presión política y social que amenazó al futuro mismo de la caza con sabuesos en Gran Bretaña. Las tradicionales agrupaciones de esta raza fueron paulatinamente desapareciendo y se perdieron algunas de las líneas más antiguas de sangre, que llevaban varios siglos dedicadas a los menesteres cinegéticos. Hasta la Segunda Guerra Mundial, el uso del beagle como perro de compañía era insignificante, como acreditan los pocos ejemplares que se inscribían en el stud book del Kennel Club. En 1950, sólo 64 beagles se inscribieron en el Kennel Club, cuando el número de la AMHB superaba los dos mil. En tanto que decrecían o desaparecían las líneas de sangre cazadoras en el Reino Unido, el beagle cazador ganaba adeptos en Francia y Estados Unidos.
Hoy los aficionados pueden hablar de dos grupos de beagles, según sea su procedencia británica o francesa. En el Reino Unido encontramos un gran porcentaje de beagles empleados como animales de compañía y dedicados a las exposiciones de belleza, que llevan décadas descuidando las cualidades cinegéticas de la raza. Pero también perviven las líneas tradicionales, con perros de muy buena construcción física -verdaderos prototipos- y líneas que se han caracterizado siempre por un olfato excepcional. Son perros de caza criados en jaurías, mantenidos por hombres que han guardado celosamente su trabajo de selección, generación tras generación. Por desgracia, la normativa de la FCI sobre pedigríes impide que a los perros que procedan de registros que no sean el Kennel Club se les homologue el pedigrí en Europa continental. Ésta es una posición de monopolio por parte de la FCI, que ha sido denunciada ante la Unión Europea, donde se prohíben estas prácticas. Para eludir ser controlada, la FCI ha renunciado a todo carácter oficial europeo y está constituida como una asociación privada belga.  Por último, los beagles franceses, con algunas líneas heterodoxas en su constitución física, son perros eminentemente zarceros, por ser la principal actividad a la que se les dedica, y conservan buenas cualidades cinegéticas.

Podenco Portugues

Descriccion del podenco portugues

Grupo

5

Sección

Sección 7 - Tipo primitivo. Perros de caza

Nacionalidad

Portugués.

Talla

Altura a la cruz: Pequeño: 20-30 cm. Medio: 40-54 cm. Grande: 55–70 cm. Peso: Pequeño: 4-6 kg. Medio: 1-20 kg. Grande: 20-30 kg.

Pelo

Dos variedades. El pelo es corto o largo, de grosor mediano. El pelo es liso cuando es corto, o áspero cuando es largo. El pelo corto es más abundante que el pelo largo. En los perros con pelo largo y áspero, los pelos del hocico forman barba.

Colores

Amarillo y leonado unicolores, con o sin manchas blancas.

Cola

De implantación más bien alta. Es fuerte, gruesa y puntiaguda; de longitud mediana. Durante el reposo cae entre los glúteos, hasta la altura del corvejón y se presenta ligeramente arqueada. Cuando el perro está en movimiento se eleva horizontalmente, algo arqueada, o doblada verticalmente en forma de guadaña, aunque nunca enroscada.

Orejas

De inserción oblicua y mediana. Son rectas y de gran movilidad. Se presentan verticales hacia el frente cuando el perro está alerta.

Cráneo

El perfil es casi recto. Las cejas son prominentes. El surco frontal es poco pronunciado. El occipucio es prominente. Stop poco pronunciado.

Ojos

Son oblicuos y pequeños. Su color va de la miel al marrón, según el color del pelaje. La pigmentación de los párpados es más oscura que la del pelaje.

Nariz

Delgada y truncada en forma oblicua, es prominente en su extremo. Su color es más oscuro que el del pelaje.

Pecho

Profundo, de amplitud mediana hasta el nivel de los codos. Es largo, con el esternón inclinado hacia atrás y hacia arriba. Costillas bien arqueadas e inclinadas.

Miembros Anteriores

Vistos de frente y de perfil, presentan aplomos adecuados. Son bien musculados y delgados.

Miembros Posteriores

Vistos desde atrás y de lado están bien aplomados. Son bien musculados y delgados.

Pies

Redondeados. Dedos largos, fuertes, juntos y bien arqueados. Las uñas son cortas y fuertes, preferiblemente oscuras. Las almohadillas son resistentes y duras.


Podenco portugués - Ficha descriptiva

podencoportugues-2

• Cronología Moderna

En las primeras exposiciones caninas celebradas a comienzos del siglo XX en Portugal ya se registran entradas de podencos portugueses. En la primera edición del Libro de Orígenes Portugués, en 1956, aparecen inscritos 29 ejemplares. El patrón racial (estándar) fue aprobado en 1955 adoptando tres tallas y dos variedades, pues el pequeño sólo figura con pelo liso. En 1978 el estándar fue modificado y se incorporó la variedad de podenco pequeño de pelo cerdoso. En enero de 1990 se funda Clube do Podengo Português, organismo que vela desde entonces por preservar y fomentar el uso de la raza entre los cazadores.

• Carácter

Perro de buen carácter, con un temperamento social similar al de nuestros podencos andaluces, no tiene esa independencia y altanería de los ibicencos, lo que le hace muy manejable en el campo. Tiene un temperamento poco complicado, inteligente y vivaz. Posee una gran pasión por la caza, es veloz y ágil. Requiere ejercicio frecuente, es muy activo. Es un perro limpio y amable, algo ladrador.

• Utilización

Estamos sin duda ante uno de los perros mejor dotados para la caza de conejos, lo que unido a su fácil manejo y mantenimiento, le han convertido en una de las opciones preferidas del cazador portugués. La variedad grande se emplea en caza mayor, como perro montero. La mediana y pequeña como perros para conejo. Como animal de compañía y perro ratero se usa también la talla pequeña.

• Manejo Práctico

Perro muy rústico y resistente, por sus características no precisa de cuidados especiales, siendo raras, si no inexistentes, las dolencias o enfermedades hereditarias. Es sobrio en su alimentación, no en vano comió durante lustros pan duro o sobras, pero ello no es óbice para que no se le de una alimentación equilibrada, rica en proteínas, especialmente durante la temporada de caza, y a las hembras preñadas y cachorros para obtener ejemplares bien formados.

Podenco portugués: Moldeado por la naturaleza

Hasta hace unos pocos años la FCI tenía dividido el podenco portugués entre el Grupo V (perros de caza mayor), donde encuadraba al de talla grande, y Grupo VI (perros de caza menor), donde encuadraba a las variedades mediana y pequeña. Es claro que el criterio para tal clasificación no era morfológico sino funcional, tomando en consideración las aptitudes cinegéticas relacionadas directamente con el tipo de caza sobre el que el perro es empleado. Una división que no era precisamente muy acertada, puesto que el podenco portugués grande, hoy muy raro de encontrar, se dedicaba esencialmente a la caza de la liebre y el conejo, y no a la montería. Con la remodelación de los grupos todas variedades han pasado a unificarse en el Grupo V, ahora denominado perros de tipo primitivo, lo que crea cierta dificultad en un intento de tratar el conjunto de la raza como éste.
Portugal, nuestro país vecino, posee unas interesantes razas caninas en general poco conocidas entre nosotros. Las razas de perros portugueses tienen características bien definidas, se trata de tipos rústicos, de apariencia primitiva, sin esa belleza sofisticada de las razas más modernas. Ésta es la principal razón de la escasa difusión que gozan fuera de sus fronteras, una limitación injusta puesto que son perros muy equilibrados, muy naturales, de temperamento vivo y espontáneo, cualidades todas tan apreciadas actualmente por los amantes de los animales y la naturaleza.
Algunas de estas razas, gracias al empeño de los criadores en la última década, han comenzado a difundirse por Europa, especialmente en Francia y Reino Unido. Quizás el mayor problema que históricamente haya frenado la expansión de las razas portuguesas sea la ubicación geográfica del país, con las largas distancias que esto le impone para llegar a Centroeuropa.
La canicultura portuguesa está en manos del Clube Português de Canicultura. En 1897 se fundó el Club dos Caçadores Portugueses, con sede en Lisboa, entre cuyos integrantes se encontraban muchos aficionados a los perros, especialmente de caza. Este club obtuvo el título de Real en 1906 como concesión del rey Carlos de Bragança. En 1908 varios socios del Club tomaron la decisión de organizar en Lisboa una exposición canina al uso de las que por aquel entonces venían celebrándose en toda Europa. No fue hasta 1931 que se crease una sección específica del perro en el Club de Cazadores, obteniendo en 1933 el reconocimiento como país federado en la Federación Cinológica Internacional (FCI) En 1936, ante el desarrollo que estaban teniendo los perros de raza, se creó el Livro de Origens Português (LOP). Un hecho tan curioso como interesante fue la concesión que el Club obtuvo en 1939 del Kennel Club inglés para ser su representante. La asociación conocida como Clube Portugués de Canicultura, aunque tuvo la génesis expuesta, en realidad jurídicamente no apareció hasta 1955, año en que su funcionamiento fue aprobado por la Administración Pública.
En la última década se han organizado en Portugal diversos simposios y actos similares con la finalidad de estudiar y conocer su cabaña autóctona canina. También se están organizando exposiciones especializadas en razas portuguesas. Uno de los problemas que se le presentan a las razas autóctonas, y esto es perfectamente aplicable también a España, es el escaso valor económico que se les atribuye como perros de la tierra, como el chucho de toda la vida. Las razas nos dan información sobre el estatus social de su poseedor. Por ejemplo, los perros de muestra con un gran pedigrí, que han sido importados desde el país de origen de la raza, se corresponden a personas con un gran poder adquisitivo. Lo cierto es que las razas autóctonas, por habituales, por cotidianas, son muchas veces rechazadas, poniendo en duda su utilidad. Algo injusto, pues tales perros atesoran, junto a buenas cualidades temperamentales, en nada superables por razas más exóticas, una perfecta adecuación a la climatología de su país y las especies que lo pueblan.

Podencos en Portugal

Ninguna raza canina es tan genuinamente característica de la cuenca mediterránea como los podencos, ecotipo de perro conejero con amplia difusión por su eficacia en la caza. Los podencos portugueses tienen un origen común con los podenco ibéricos o andaluces, y sólo la moderna cinología, con su capacidad de crear o inventar razas, ha trenzado los mimbres de separación entre unos y otros.
Hay una inmensa zona árida (Sahara, Arabia, Asia central y desierto de Gobi) que se extiende como un cinturón desde el Océano Atlántico hasta el Mar de China, y en ella hay constatada la existencia de un perro de orejas erguidas y cuerpo esbelto y largo, empleado en la caza. Ése es el ancestro de nuestro podenco. En la pintura rupestre de Tassili-n-Ajier, de finales del séptimo milenio antes de Cristo, se representa a cazadores con perros de orejas erectas. Encontramos estos mismos perros cazando en la tierra de los faraones, miles de años más tarde. Las representaciones de caza de antílopes en las riberas del Nilo encontradas en la tumba de Hemaka, unos cinco mil años antes de Cristo, nos hablan ya del tessem, el gran podenco egipcio que sería inspiración para las representaciones del dios Anubis.
Se supone al pueblo fenicio como el difusor de los podencos por el Mediterráneo, y de hecho los podencos se encuentran en las regiones visitadas por estos antiguos mercaderes. Hacia el tercer milenio antes de Cristo los fenicios establecieron contacto comercial con Egipto, desplegando usos y productos de este pueblo por las numerosas colonias comerciales que fundan en el Mediterráneo. Gracias a ellos encontramos podencos en Sicilia, Malta, Cerdeña, Ibiza y el país de Tarsis (la antigua Iberia). Su extensión por la Hispania Bética y Tarraconensis y por la Lusitania, las tres provincias romanas, fue gradual e imparable. Con una enorme capacidad de adaptación a todo tipo de terreno y una marcada preferencia por el conejo, su éxito en el mediodía ibérico fue inmediato, aportando alimento a unos pueblos que pronto lo adoptaron como suyo y que lo emplearon en cazar los abundantísimos lepóridos de sus campos. No en vano los romanos nos apodaban “tierra de conejos”. El poeta romano Catulo nos llamaba hijos de la “cuniculosa Celtiberia” y afirmaba que nos limpiábamos los dientes con orines de conejo.
Son perros básicamente moldeados por la naturaleza y perfectamente adaptados a los medios orográficos y climáticos de donde proceden, y sobre los que la intervención del hombre ha sido mínima. En su medio ecológico pueden sobrevivir sin la protección humana, ya sea cazando individualmente a la carrera o cooperando en grupo. Ello permitió su supervivencia en los momentos más difíciles de la historia. La raza se vio reforzada posiblemente por otros graiodes traídos a la Península por los árabes, aunque este punto daría para una larga discusión, ya que este pueblo siempre prefirió a los lebreles de orejas caídas (galgos) sobre los de orejas enhiestas.
Aunque actualmente se pueden encontrar buenos ejemplares de podenco portugués en todo el territorio nacional, las provincias que tienen mayor tradición en la cría y caza con podencos son precisamente las meridionales. Los podencos pequeños son más comunes en el Alto Alentejo, los medianos en la cuenca del Duero y los grandes en las sierras alentejanas.

Podenco grande

Se encuentra prácticamente extinguido. Con una talla de 55 a 70 centímetros a la cruz y un peso que puede alcanzar los 30 kilos, es el tipo original de la raza, sobre el que se han moldeado las variedades mediana y pequeña. Su empleo venatorio fue la caza mayor, especialmente la del jabalí, en la que desarrolla un comportamiento parejo al de los podencos andaluces de rehala. No obstante, desde muy antiguo ésta se simultaneó con la caza de conejos. La primera referencia escrita del “cao coelheiro” (perro conejero) es de 1199, durante el reinado de Sancho I; desde esa época se suceden las menciones de los podencos que vienen siendo utilizados en las monterías reales, donde cazan integrados en rehalas. En las primeras exposiciones caninas celebradas a comienzos del siglo XX en Portugal ya se registran entradas de podencos portugueses, y en la primera edición del Libro de Orígenes Portugués, en 1956, aparecen inscritos 29 ejemplares. El podenco grande sufrió un duro revés en la década de los sesenta, consecuencia de la errónea política forestal portuguesa, que ocasionó una drástica disminución de jabalíes en las sierras. El Club lucha actualmente por preservar este tesoro autóctono portugués.

Podenco mediano

El hecho de que actualmente sea mucho más numeroso que la variedad de talla grande es, sin duda, por su mejor adaptación al medio y no porque sea el tipo genuino. Es un perro con muy buen rendimiento cazando conejos, lo que le ha hecho ganarse el aprecio de los cazadores lusos en los ambientes más rurales. La población es principalmente de pelo duro: animales austeros, duros e infatigables en el trabajo. En el campo no parece haber impedimento a su agilidad, usando sabiamente el olfato para dar con el conejo encamado. También se le utiliza al estilo de los spaniel, como levantador. Tiene menos muestra que el podenco andaluz, esbozando apenas un ligero conato que el cazador debe saber apreciar, pero es perro que da mucha caza.

Podenco pequeño

Esta variedad de podengo, extraordinario en la caza de conejos, ha ocupado en los últimos años un importante puesto como animal de compañía en muchos hogares portugueses. El podenco pequeño es una variación del mediano sin perder ninguna de sus características. Por su carácter amigable y alegre, se adapta muy bien a la vida en las ciudades. Como los restantes podencos es una raza muy natural, libre de toda manipulación y de deficiencia genética. Es fácil de mantener, raramente ladra y se apega mucho al propietario.
El podenco en su talla más pequeña fue utilizado tradicionalmente como ratero, controlando las plagas en los graneros y granjas, y desde el siglo XV acompañó a los conquistadores portugueses en sus carabelas, librando los barcos de tan molestos roedores. También trabajó como terrier, entrado en la zorrera con valentía, pero especialmente es un conejero al que no hace sombra ni el de talla media.

EN LA CAZA
El podenco portugués caza por tradición en recovas de cuatro a seis ejemplares, un número de perros que resulta más que sobrado para mover terrenos amplios. De comportamiento muy social, trabaja muy bien en conjunto, estando cada perro atento a las acciones de sus compañeros de cuadrilla. Es también muy bueno como cazador solitario. Además de la caza conejil, se le emplea a veces en la de la liebre y otras piezas. Caza tanto de vista como de nariz y oído. Dejando de lado las variedades de rehala (podenco grande), que como ya he dicho prácticamente han desaparecido de Portugal, es ante todo un perro conejero utilizado para dar con la pieza y llevarla a la escopeta.