lunes, 13 de mayo de 2013

Jadterrier



Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier)

Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier) - Características básicas

Grupo

3

Sección

Terriers de talla grande y media. Con prueba de trabajo.

Nacionalidad

Alemana.

Talla

Altura de la cruz: machos, de 33 a 40 centímetros; hembras, de 33 a 40 centímetros. Peso (deseable para el trabajo): machos, de 9 a 10 kilos; hembras, de 7,5 a 8,5 kilos.

Pelo

Áspero, duro, denso y recto o pelo liso y duro.

Colores

El color es negro, pardo oscuro o negro grisáceo mezclado con marcas limpias, bien delineadas de color amarillo rojizo sobre los ojos (cejas), hocico, pecho, miembros y alrededor del ano. Se permite igualmente una máscara clara u oscura; se tolera una pequeña marca blanca en el pecho y sobre los dedos.

Cola

Con buena inserción en la grupa larga, acortada aproximadamente en un tercio de su longitud. Puede ser llevada un poco menos levantada que recta en forma vertical; no debe estar inclinada sobre la espalda.

Orejas

En forma de “V” de implantación alta, no exageradamente pequeñas y ligeramente pegadas al cráneo.

Cráneo

Cráneo plano y amplio entre las orejas. Un poco más estrecho entre los ojos.

Ojos

Oscuros, pequeños, retraídos, con párpados que cierran bien. Mirada decidida.

Nariz

En relación con el hocico, no debe ser demasiado estrecha ni demasiado pequeña; no debe estar partida. Siempre de color negro. Si el color primordial del pelaje es castaño, también la trufa puede ser de ese color.

Pecho

Profundo, arqueado, con los riñones y la grupa muy musculados.

Miembros Anteriores

Las extremidades anteriores, vistas de frente, se observan rectas y paralelas; desde los lados se ven bien aplomadas bajo el cuerpo. La distancia desde el piso hasta el codo es casi la misma que desde el codo hasta la cruz.

Miembros Posteriores

Vistos desde atrás, son rectos y paralelos. Presentan buenas angulaciones entre el muslo y la pierna, así como entre la pierna y el metatarso. Huesos fuertes.

Pies

No se admiten los pies de gato. El delantero suele ser más ancho que el posterior. Los dedos bien cerrados.


Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier) - Ficha descriptiva

• Carácter

Es un perro listo, muy intuitivo, de agudos sentidos que le mantienen siempre alerta, lo que le ayuda a la hora de cazar. Su temperamento es el de un animal indómito, independiente, que se muestra reservado e incluso desconfiado con los extraños. Es un perro de temperamento notablemente agresivo, con una aptitud impetuosa, vivaz y combativa que le permite, a pesar de su reducida talla, acometer al zorro o al jabalí con desenvoltura.

• Utilización

Excelente cazador de gran tenacidad y mucho coraje, insustituible como perro de madriguera. En cada lance se entrega a fondo, sin que le atemoricen los colmillos o las defensas de su enemigo. Tiene una excelente boca con gran presa, cuando muerde no suelta, aún recibiendo fuerte castigo. Si le he calificado de insustituible en madriguera, en superficie no queda atrás, en el rastro de sangre es excelente gracias a su fino olfato y su constancia. Trabaja sobre la pista con gran inteligencia, permitiendo cobrar cualquier pieza herida en el monte. El terrier alemán de caza puede realizar una estupenda labor en ganchos o batidas.

• Manejo Práctico

No requiere cuidados particulares para la capa, sea dura o lisa, pero el empleo de un cepillo de cerdas o un guante de crin favorece la higiene del manto. De temperamento nervioso, las necesidades alimenticias para un ejemplar macho adulto estarían en las 700 a 750 kcal. diarias, cien menos para las hembras, pero estas cantidades deben duplicarse en los periodos de caza.

Terrier alemán de caza (Deutscher Jagdterrier): Una ‘máquina’ para cazar bajo y sobre el suelo

Hace una década era prácticamente un desconocido en España y hoy es, sin duda, el terrier más popular en la caza, algo que se fundamente en su condición de perro esencialmente de trabajo, de animal con portentosas capacidades cinegéticas. Comparado con los terriers británicos, de hermosa construcción y, en muchas ocasiones, sofisticado arreglo del manto, no se puede afirmar que el jagdterrier sea un perro atractivo, una apreciación que cambia cuando lo vemos trabajar. La verdadera belleza del jagdterrier reside en su inagotable espíritu cinegético, la perfecta y decidida acción cazadora que desarrolla en el campo.
Nada pone coto ni frena la pasión de este pequeño perro, que desde el primer momento que lo vemos cazando nos cautiva. Hubo un tiempo en que todos los terriers debieron ser así, según leemos en los viejos libros ingleses, pero cien años de exposiciones caninas han logrado eliminar de ellos todo espíritu combativo.
Su temperamento es su tesoro. No puede negar su ascendencia británica, sus antepasados terriers, pero se ha librado de la ‘domesticación’ de instintos que la cinofilia británica impuso en sus razas en el pasado siglo. Este perro, ágil y nervioso, entra como un terremoto en la madriguera, pues nada le amedrenta, y la recorre velozmente ayudado por sus finos vientos y la confianza que tiene en su poderosa mordida. Todo esto le lleva a atacar desde el primer momento, despreciando el castigo al que le pueda someter su enemigo y sólo preocupado por imponerse en ese ritual de muerte. Igualmente su aguante llama la atención, ya que todo músculo y nervio, aguanta las jornadas de caza sin desmayo, incluso dentro de las madrigueras, por las que siente verdadera pasión. Debe estar bien sujeto si queremos evitar que se introduzca en ellas sin nuestro consentimiento.

 

Algo de historia

Sus orígenes son realmente recientes, ya que fue creado por los cazadores alemanes hace aproximadamente un siglo, mediante cruces con diversos terrier ingleses. Lo curioso es que se parece enormemente a una raza hoy prácticamente desaparecida (el viejo terrier inglés), bien por un salto atrás o porque se empleó esto perro más de lo que se cree, un perro de trabajo y considerable coraje que algunos entusiastas británicos tratan ahora de recuperar.
A grandes rasgos podemos definir al jagdterrier como un perro de selección, como un animal de cría controlada y no como raza natural, ya que fue presentado en público en 1927 por vez primera, no siendo admitido por la Federación Cinológica Internacional hasta 1968. Entre las razas que aportaron su sangre a la formación del jagdterrier destaca el fox terrier, raza que había tenido una gran difusión en Europa continental desde principios del siglo XX. Desde 1900, en la cinofilia británica adquieren la mayor importancia las exposiciones de belleza, con criadores cada vez más especulativos, interesados exclusivamente en el color o la textura del pelo del fox y convirtiendo la raza en un pasivo sujeto de peluquería. Y aunque un reducido grupo de aficionados continuaba buscando perros corajudos para la caza, especialmente para su trabajo conjunto con los foxhound en la caza del zorro, lo cierto es que los cazadores centroeuropeos, ante la dificultad de importar buenos perros para la madriguera, optaron por crear sus propias líneas de sangre de perros cazadores.
El fox terrier estaba presente en Alemania desde 1800, aproximadamente. Los cazadores germanos optan inmediatamente por los perros de manto negro o negro y fuego, a diferencia de los británicos, que trabajaban sobre mantos blancos, y además incorporan sangre de razas como el old english broken terrier (viejo tipo de terrier de pelo duro). Era este perro el genuino terrier de caza, animal prominente en la historia del deporte cinegético británico e indudablemente el antecesor del popular fox terrier. El old english broken terrier o black-and-tan broken-haired old english terrier, nombres con que se conoce a la raza, aparece ya retratado en los más antiguos grabados y pinturas de caza británicas. Hoy, con una población exigua, es utilizado por un reducido número de cazadores británicos, siendo su presencia en las exposiciones de belleza nula. Es una raza para los que aman la caza tradicional y la utilidad en el perro, y no para quienes persiguen el comercio de las razas populares.
Finalizada la I Guerra Mundial, algunos criadores y cazadores socios del Fox Terrier Club Alemán se separaron de esta asociación con la finalidad de obtener una raza de máxima utilidad para la caza. Como dice el propio club alemán sobre la raza: “Los cinólogos experimentados Rudolf Friess, Walter Zangenberg y Carl-Erich Grunewald, decidieron intentar criar un perro de caza negro y fuego que tuviera una habilidad natural para la caza en madriguera. Sus anhelos empezaron a tomar forma gracias a una casualidad. El director del Jardín Zoológico Lutz Heck-Hagenbeck, le regaló a W. Zangenberg cuatro perros terrier negro rojizos procedentes de líneas fox terrier puras. Con estos perros se empezó la crianza del jagdterrier”. Como raza artificial deberían conocerse mejor los cruzamientos que dieron origen a los primeros jagdterrier, pero por desgracia la mayor parte de la documentación del Club fue destruida durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, por lo que hemos de recurrir a especulaciones.

Sobre todo, utilidad

El deutscher jagdterrier es, sin duda, el más eficaz, capaz y útil perro de madriguera de entre las razas dedicadas a este cometido. Pero es mucho más que eso: es un perro polivalente en el más amplio sentido de la palabra, un genuino perro de trabajo como es difícil encontrar hoy en día en la aburguesada cinofilia de salón y CACIB. No debe, por tanto, extrañar que haya logrado desplazar en toda Europa de forma gradual a las restantes razas de terrier cuando lo que se busca es eficacia en la caza. Siendo una raza muy numerosa y difundida en Alemania y en Francia, llama la atención el escaso número de ejemplares que se ven participando en las exposiciones de belleza, lo que certifica que la raza está en manos de cazadores.
El Deutscher Jagdterrier Club de Alemania tiene establecidas normas muy severas para admitir los ejemplares en la crianza. Éstos deben superar difíciles pruebas de trabajo en tierra, en agua, en madriguera artificial, sobre rastro..., con la finalidad de preservar las aptitudes naturales de la raza. Los test de aptitudes naturales persiguen reflejar la capacidad natural del perro para la caza, y para ello es necesario testar aspectos como el olfato, la tendencia a latir el rastro, la afición al agus y, cómo no, la corrección morfológica. Sólo el jagdterrier que supera severos controles es declarado apto para la cría en Alemania.

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